Luego de estar durante 1704 días fuera de suelo venezolano y siendo el sesto día de viaje, arribé a mi país Venezuela.
Mi viaje transcurrió muy tranquilo desde que salí de Lima recorriendo prácticamente la mitad del Perú, todo el Ecuador sin ninguna complicación a pesar de no tener la visa que se nos solicita a los venezolanos para poder hacer turismo o transitar por ése país, pasó casi obligatorio para el que viene de Perú o Chile y, digo casi obligatorio porque la otra opción es transitar por Brasil para ingresar a Venezuela sin entrar a Ecuador, pero la última opción es algo descabellado por alargar mucho más los días de viaje y elevar los costos para el retorno.
Al llegar a la frontera Ecuador – Colombia por las ciudad de Tulcán pasó hacía Ipiales sin ningún problema, el funcionario policial o militar (de Colombia) que se encontraba de turno sólo preguntó que llevaba en una caja de unos 120cmX80cmx40, a lo que le respondo “es una bicicleta” y de inmediato le devuelvo una pregunta “¿Necesita revisar o que le abra la caja?, Responde: No, gracias. Siga adelante.
Alcanzo a llegar a la ciudad de Cúcuta (Norte de Santander) a eso de las 7:30 am, mientras me ducho y desayuno logro pasar el Puente Internacional Simón Bolívar a las 9:41 am del día 15/10/2022, sólo bastó con estar del lado dónde La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tiene el control de la seguridad para empezar con el matraqueo, cómo se dice en Venezuela, y no es más que una vulgar extorsión a los connacionales que estamos retornando. En el primer punto de control que es una masa con dos funcionarios los cuales me abordan haciéndome tres preguntas: ¿Qué llevo en la caja?, ¿De dónde vengo?, Y la tercera que es la más descarada ¿Con cuánto va a colaborar?, colaboración que es obligatoria y no menor a diez mil pesos colombianos, de lo contrario revisan minuciosamente el equipaje buscan cualquier escusa para retenerte. Continuo al segundo punto donde solicitan también colaboración, esta vez son funcionarios vestidos de rojo del Seniat (Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria) adscritos a la aduana, se repite la historia del primer punto de control y por supuesto no pueden faltar los diez mil pesos.
En el terminal de San Antonio del Táchira otro punto de control de la GNB, sucede lo mismo que en los dos anteriores, está vez le digo que sólo tengo cuatro mil pesos y se niegan a recibirlos porque no es su tarifa mínima, así que me retienen hasta que le dí los diez mil pesos. Pensé que ya había terminado la odisea, pero me equivoqué. A las 12:30 del día en el punto de control de Peracal para el bus y de inmediato sube un funcionario de la GNB que en su uniforme lo identifica como SM/1 E. Rojas H. P-77 y de una vez le brillan los ojos al ver la caja de la bicicleta y otra bicicleta desarmada que iba en el mismo bus solicitando que los dueños de esos equipaje bajaran de la unidad a lo que procedo, de una vez pide la factura, pero por tratarse de una bicicleta usada no le di importancia de traer la factura y le informo que es usada seguidamente hace la pregunta de los puntos de controles anteriores; a dicho funcionario le ofrecí cinco dólares americanos porque sabía que iba a necesitar por lo menos cinco dólares para la alimentación durante el viaje hasta mi destino, se niega a recibirlos y me envía a formar una fila junto con otro grupo de hombres todos pasajeros de la misma unidad de transporte.
Proceden a pasar a un cuarto de requisa donde no hay ningún tipo de cámara para que no quede evidencia de los robos a los ciudadanos, quién entra conmigo es un subordinado del SM/1 el cual de una vez me dice “mi sargento me dijo que colaboras así que si te consigo más de los diez dólares que dices tener todo es mío”, apropiándose del último dinero que me quedaba. No bastó con quitarnos el dinero si no que haciendo abuso del poder que le da dicho uniforme bajó a una señorita de unos 24 años aproximadamente y el sentado en la mesa de revisión dónde hay cámaras de seguridad le solicita el número de teléfono a ella para que tuvieran una cita (esté último acto quedó registrado en dichas cámaras).
Esta es la bienvenida que la SUPUESTA GLORIOSA Guardia Nacional le da de bienvenida a los que hemos salido a trabajar por nuestras familias y sueños en el exterior.
Hago pública ésta crónica como denuncia del abuso por parte de los funcionarios uniformados y también cabe destacar que de pasarme algo a mi persona luego de la publicación de éste escribo, hago responsable al SM/1 E. Rojas H.